viernes, 14 de diciembre de 2018

Museo del Jade.

Museo del Jade
Elaborado por: Marelyn López Rodríguez iguez y Gerson González Arguedas.

Sala 4: La noche.
¿De qué manera formó parte el jade en los rituales de oscuridad de los indígenas?

Cultura del Jade:
El jade es una gema o roca de soporte divino considerado la sangre de la Tierra,
es una piedra preciosa de curación, de fertilidad y de fuerza.  Se puede encontrar
en distintos colores y formas o figuras.
La elaboración de las piezas de jade tiene una historia muy antigua acompañada
de una técnica única, la cual pertenece a la cultura indígena y su trabajo se basa
en el empleo de arena, agua y fricción.
El Museo del Jade y de la Cultura Precolombino, ubicado en el centro de San José,
tiene un diseño único y moderno el cual permite un recorrido por las diferentes culturas
de nuestro país como lo son la Zona Central Caribe, Guanacaste y el Sur costarricense y, aunque
el jade no sea propio de Costa Rica, en nuestro territorio se encuentra una gran riqueza
de estas piezas.
El jade es originario de Asia, en especial de la República Popular de China.
El 90% del jade fue traído por el Estrecho de Bering. Solo en México y Guatemal
a es “originario”, por lo tanto, prevaleció considerable cantidad
de esta piedra preciosa en el área Mesoamericana.


El simbolismo:   
La cultura indígena se caracteriza por su amor a la naturaleza, el respeto
por la misma además de su espiritualidad, asimismo el significado de los
objetos o animales tiene mucha importancia en su entorno, en el caso los rituales
de oscuridad se pueden mencionar los siguientes:




Culebra: A esta especie se atribuye al chamanismo del inframundo,

está también puede ser utilizada por los indígenas para la cura de enfermedades.


Tigre: Un animal que si bien puede representar la fuerza, también

es del inframundo y de las sombras, este puede ser usado para el mal.


Águila: Pueden existir dos águilas, una de la luz y del bien

y aquella de las sombras y del mal.


Lagarto: Utilizado en los funerales, también se utiliza para

los rituales de sepultura y el paso al inframundo.


Psicopompo: El Psicopompo es conocido

como el guardián del inframundo.


Oso hormiguero: Usado en los rituales funerario

de las comunidades indígenas.


También se pueden mencionar otros animales como los murciélagos, búhos y jaguares sus piezas no solo representan sus fisonomías, sino también ciertas cualidades asociadas con el mundo de los espíritus. 


Las piedras de jade:
Las piezas de jade como ya se mencionó al inicio de este texto son
conocidas como rocas de soporte divino, son piedras de curación, de
fertilidad y de fuerza, con el jade también se realizaban esculturas de
símbolos como lagartos, murciélagos y  búhos debido a su significado
oscuro y utilidad en rituales fúnebres.
Se realizaban prácticas como colocar ofrendas a los muertos, esto era
muy común entre la cultura indígena, con ellas se buscaba agradar al
fallecido, recordarlo y garantizar su bienestar en el mundo al que viajaba.
La ofrendas resaltaba el rango y sexo del fallecido se colocaban cerca
o sobre el cuerpo en algunos casos se ponía jades y piedras pulidas en la boca.
en ocasiones si el personaje era importante para la comunidad se sacrificaban
personas como sus esclavos o mujeres.
A continuación se muestran algunas imágenes representativas
de lo que se acaba de mencionar como por ejemplo el entierro con
ofrendas o las piezas en forma de algunos animales catalogados como de la oscuridad.








En la vida cotidiana: La oscuridad servía como marco para que lo sobrenatural ocurriera.
 En el trance del chamán lo enigmático se manifestaba, las relaciones con el mundo
espiritual no solo se evidenciaban, sino que se fortalecían.  La influencia de lo invisible
se filtraba incluso en las guerras, momento cuando los chamanes podían tener un peso
fundamental, tanto en el desarrollo como en el desenlace de las batallas.  Los espíritus
jugaban roles fundamentales dentro del acontecer de los pueblos y de los propios
individuos, sobre todo en su paso hacia la muerte.

En América destacan los metates elaborados por los artesanos precolombinos
de Costa Rica.  El dominio técnico que alcanzaron en el trabajo sobre rocas les
permitió tallar complejas formas geométricas en estos objetos.  

Las figuras de los metates representan a seres humanos, cabezas-trofeo,
mamíferos, aves y reptiles, elementos propios de las creencia religiosas y sociales
de la vida en el más allá, la fertilidad, la transformación espiritual y el poder, lo cual es da un
carácter no solo doméstico, sino también ceremonial.

Altares de piedra: En la región arqueológica central destacan los metates rectangulares
u ovalados con panel colgante (en los que sobresalen figuras), ubicado en la parte inferior
del plato y adosado a sus tres soportes.  Los paneles muestran figuras humanas portando
máscaras de aves, mamíferos o aves que transportaban cabezas humanas en sus largos pitos,
mientras alrededor del plato los artesanos estilizaron cabezas-trofeo, reptiles o mamíferos
como el jaguar.

Asientos y mesas:  Como parte de los objetos ceremoniales sobresalen las mesas  
asientos, elaborados a veces también en cerámica, con representaciones de animales
variados como reptiles y mamíferos.  Fueron utilizados por los jefes o líderes oficiantes
de rituales, o por el chamán durante ceremonias de curación y purificación.  En el caso de
las mesas circulares el plato es sostenido por figuras humanas, mamíferos o aves, también
presentan en sus bordes cabezas humanas o de animales.

La función de estos objetos no fue solo para actividades cotidianas de molienda,
sino también como elementos ceremoniales en rituales funerarios, de guerra, cosecha
o eventos importantes para la comunidad.  Los metates, junto con objetos de jade,
cerámica y otros materiales funcionaban también como ofrendas funerarias o como
soportes para colocar el cuerpo del fallecido poniendo varios juntos. Acomodados
de forma invertida servían de tapa para cubrir la fosa funeraria, dejando en evidencia
los complejos diseños que tenían tallados bajo su plato.

Ritual funerario: Los líderes religiosos oficiaban el ritual funerario
de acuerdo con sus creencias sociales sobre la vida y la muerte, con esto se
garantizaba el paso de los fallecidos al más allá.  El cuerpo del difunto se
disponía y trataba en el ritual de acuerdo con su tipo de muerte (por guerra,
parto, enfermedad, accidente…), lo cual, a su vez, determinaba en dónde y cómo
depositarlo (tumba, fosa, cámara…); una vez resuelto lo anterior, se colocaban objetos
personales y alimentos como ofrendas dentro del lecho mortuorio.

Durante las ceremonias fúnebres había cantos, comidas, fuego sagrado y
actos de purificación en los que participaban los miembros de la familia y
la comunidad en general.

En el Golfo de Nicoya, frente a la Isla Venado, se recuperaron dentro del fango
del manglar varios paquetes o bultos que contenían restos humanos de 23 personas
(de diferentes edades y sexos) junto con ofrendas de jade, madera, perlas y piedra.
 Los paquetes funerarios fueron hechos con tejidos, fibras y cuerdas vegetales para
asegurar su contenido. El sitio funcionó como un lugar funerario en el año 500 aC.

Objetos como hachas en forma de ava y perlas nacaradas fueron colocadas como
ofrendas en los paquetes funerarios con restos humanos localizados en el manglar,
además de tejidos, fibras vegetales y cuentas de madera.  La conservación de los
materiales perecederos como la madera y la fibra se produjo por el ambiente con poco
oxígeno que se da en el manglar.

Cuando alguien fallecía, solían enterrar a la persona y luego desenterrar la momia,
“despedazarla” y echarla en una olla funeraria.  Luego, los restos (huesos)
los echan en una especie de bolso y así sus familiares pueden llevar consigo
al difunto y seguir conviviendo con él, cenar con él, etc.  En la zona de Talamanca,
suelen poner las ollas funerarias en las salas de las casas.






Los usos sociales:

Los guerreros eran muy importantes dentro del grupo social.
 Se preparaban desde jóvenes en el uso del arco, lanzas, cuchillos
y hachas elaboradas en diferentes materiales.  Eran generalmente
hombres, aunque se cree que las mujeres de algunos grupos del sur de
Costa Rica participaban en los combates.  

En las esculturas se les representa desnudos, con cordeles en la cintura
o fajas anchas con figuras geométricas, sombreros o el cuerpo decorado.  
Suelen portar cabezas en una mano o colgadas sobre la espalda, y en la otra mano un hacha.

Las piezas de este grupo de objetos elaborados en roca, conforman un
conjunto de diferentes tipos de armas que fueron utilizadas durante los
eventos de guerra.  Se observan puntas de lanzas, hachas, manos, entre otros.


En la tradición cultural de Costa Rica existe una amplia presencia de cabezas-trofeo
provenientes del sacrificio de los guerreros capturados en la guerra.
  Los prisioneros de guerra eran representados con las manos atadas y
se les sacrificaba por decapitación. Al fallecer un guerrero se le ponían
cabezas-trofeo como ofrendas, algunas elaboradas en piedra y otras en jade y cerámica.

El personaje que las ostentaba adquiría prestigio y poder dentro del grupo social.
 Los cuerpos decapitados y las cabezas se colocaban en empalizadas dentro de los
poblados como resultado de la guerra.

Las cabezas-trofeo fueron representadas en objetos de jade, piedra y cerámica.  
En las piezas de jade, varios personajes llevan cabezas-trofeo, también algunas
aves portan cabezas en sus picos, muchas cuentas de collares corresponden
a cabezas-trofeo y, en algunos casos, se observa el cuerpo de personajes decapitados
o prisioneros atados.

         

Los lugares donde se depositaba el cuerpo del difunto, la disposición y
orientación del mismo, así como las ofrendas que se colocaban, indicaban
el rango que tenía el personaje fallecido.  La ceremonia era realizada por
los líderes religiosos designados en la comunidad como enterradores.

Los bienes o las ofrendas como colgantes de jade, huesos, conchas, remates
de bastón, herramientas de piedra, objetos cerámicos y alimentos, se ponían
cerca del cuerpo del fallecido.  Las fosas se cubrían en algunos casos con metales
ceremoniales con el plato hacia abajo, mostrando la decoración inferior; en otros
casos, una vez realizado el ritual funerario, se cubrían con bloques de piedra hasta
conformar un túmulo.

martes, 4 de diciembre de 2018

Nombre: Marelyn López Rodríguez.

Carrera: Enseñanza de las ciencias cursando el tercer año.

Fecha de nacimiento: 27/03/97.

Lugar de origen: Sarapiquí.

Principales gustos: Nadar,  Cocinar, Bailar, Conocer nuevas cosas lugares y culturas.